En las aulas de ciencias naturales, la magia de la vida se revela a través de experiencias prácticas y emocionantes. En nuestra última clase con los estudiantes de 1° básico, nos sumergimos en el fascinante mundo de la botánica a través de un experimento de germinación de semillas.
El objetivo era claro: reconocer a un ser vivo y comprender sus necesidades básicas. ¿Qué mejor manera de hacerlo que observar el milagro del crecimiento de una planta desde una diminuta semilla?
Con entusiasmo, los estudiantes se reunieron alrededor de sus pequeños recipientes de tierra, cada uno con su semilla cuidadosamente plantada. Las miradas llenas de asombro y expectación llenaban la sala de clases mientras discutíamos sobre qué necesitaría esa semilla para crecer y convertirse en una planta fuerte y saludable.
Durante los siguientes días, nuestros pequeños científicos observaron con atención cómo sus semillas comenzaban a transformarse. Desde la tierra oscura y húmeda, surgieron pequeñas raíces, seguidas de delicados brotes verdes que se abrían camino hacia la luz del sol.
Fue un momento mágico que no solo nos permitió entender el proceso de germinación, sino que también nos conectó profundamente con la maravilla de la vida. Los estudiantes aprendieron que, al igual que nosotros, las plantas necesitan agua, luz y nutrientes para crecer y prosperar.
Además de adquirir conocimientos científicos, esta actividad fomentó el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad hacia otros seres vivos. Los estudiantes se comprometieron a cuidar de sus plantas y a seguir observando su crecimiento con atención.
¡Acompáñanos en nuestro viaje de descubrimiento y aprendizaje en el maravilloso mundo de las ciencias naturales!